La crisis carcelaria fue declarada en 1998 y nuevamente en 2015 por los altos niveles de hacinamiento y la violación reiterada de los derechos fundamentales. Pero el problema no es sólo la insuficiencia de las cárceles, sino el exceso de uso por parte del Estado.
Sobre la situación actual de los establecimientos penitenciarios, la Corte Constitucional, en la sentencia T-762, evidenció fallas de carácter estructural en las que establece que “la política criminal colombiana ha abandonado la búsqueda del fin resocializador de la pena, lo que a su vez genera mayor criminalidad, pues ese abandono contribuye a convertir los establecimientos de reclusión en verdaderas universidades del delito”. De igual forma, la Corte atribuye a la crisis los altos niveles de hacinamiento, los problemas sanitarios, las condiciones bajas de resocialización, la corrupción al interior de los centros de reclusión y la tendencia de la política criminal colombiana al llamado “populismo punitivo”.
“La crisis carcelaria colombiana, es una realidad que nadie quiere ver y de la que nadie quiere hablar, pero nosotros si vamos hasta el último rincón donde haya una violación a los derechos del hombre y ejecutaremos las medidas cautelares necesarias para el restablecimiento de sus derechos”, agregó, John Villa procurador de la Comisión Latinoamericana de Derechos Humanos.
Referente al hacinamiento carcelario, de las condiciones de insalubridad en los centros de reclusión, de la reiterada violación de derechos humanos, o como se ha escuchado en múltiples ocasiones “condiciones de pisoteo total de la dignidad de los seres humanos privados de la libertad”; y como respuesta decimos e invitamos a que con urgencia se ejecuten acciones concretas, inmediatas y eficaces por parte del Estado.
A continuación, compartimos fotos de lo que fue nuestra visita como Comisión Latinoamericana de Derechos Humanos “Cónsules de Paz Mundial” a la Estación de policía la candelaria Medellín:
Fuentes del artículo: ElEspectador, AmbitoJuridico, CLDHU.